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jueves, 12 de abril de 2007

Entrega especial #3: Mundial de choclos


El mundial de choclos, el encuentro deportivo más importante realizado cada 4 años tendrá como sede a Río de Janeiro.

48 países serán participes de la copa “Choclo du monde” entre ellos; nigeria, ecuador, Etiopía, Colombia y Berazategui del norte.

El entrenador del equipo que representa a la Argentina, Diego “el choclo” Simeóne ya no querrá jugar con 11 jugadores, ahora prefiere hacerlo con 16 “porque es mas fácil”, dice él.

El equipo está compuesto por 15 jugadores con remeras de pink floyd y 34 con buzo polar. Hay medio millón de suplentes, nadie sabe como ahorrar café durante el invierno.

Habrá una ceremonia con show inaugural en una plaza del centro, tocaran bandas y habrá regalitos para todos menos para los que vayan a ver las bandas. Será un gran mundial, mucha disputa. Los jugadores serán rociados en manteca antes del comienzo.

Durante el partido, de 156 segundos mas el descuento, se verán figuras como “La monalisa” de Di Caprio, “El arbusto” de Antonio Banderas y “El flan” de Bonadeo (que hoy se pondrá la número 10).

Mañana, viernes, el plantel estará viajando a Río para concentrarse en un Hotel sin baño, “es bueno que vayan al partido sin hacer la tarea” dice el técnico.

Será un buen mundial, no se admitirán perritos siempre y cuando lleven tapas de empanadas.


Un partido para olvidarse las pelucas.

Bajo el terrible frío de la noche, los ochenta mil grados le queman las patas a las salchichas que entran al campo. El referí está listo para correr las mil millas naúticas y así vencer a un piano travesti. El equipo de los ravioles ya está listo, las salchichas se acomodan el camión frente a sus ojos y comienzan a patear.

Una banana se hace un gol en contra, pero no cuenta por ser salchicha oriental. Se le anotan ocho goles a Menem, luego los pierde porque sube lento las escaleras. El partido comienza de vuelta, esta vez comienza con el marcador en 34134 – 43,2. La ventaja de los tenedores se hace obvia, el partido termina en cinco minutos y la pelota comienza a rodar.

La salchicha se la pasa a la salchicha y con un pase mágico un raviol mete el gol a puro huevo. El ritmo del partido se acelera, casi no se ven los botines invisibles del hombre momia. El partido termina por quinta vez y ahora ya hay un ganador: las momias de Egipto. El marcador cerró en 2 – 2. Un vendedor agradecido se comió a un niño.

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